
Frente al desafío que representa la integración efectiva de refugiados y migrantes en comunidades de acogida, el proyecto Ciudades Incluyentes, Comunidades Solidarias a través de un enfoque participativo, la cocreación y la acción con enfoque territorial se fortaleció la inclusión y se revitalizaron las comunidades en diez ciudades de seis países de América Latina y el Caribe.
21 de abril de 2025
Estado: Finalizado, junio 2024.
La migración venezolana a América Latina y el Caribe ha superado los 7,8 millones de personas, poniendo a prueba la capacidad de respuesta de las comunidades de acogida. Para abordar este desafío, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), y gracias a la financiación de la Unión Europea lanzó en 2019 el proyecto Ciudades Incluyentes, Comunidades Solidarias. Hasta diciembre de 2023, ha transformado más de 26 espacios públicos en diez ciudades de seis países, beneficiando a aproximadamente 162,000 personas.
Esta iniciativa interagencial busca reducir las vulnerabilidades de los refugiados y migrantes y aumentar la resiliencia en las comunidades de 10 ciudades de 6 países de América Latina y el Caribe: Colombia, Ecuador, Panamá, Perú, República Dominicana y Trinidad y Tobago.
El proyecto promueve un enfoque integral y participativo, trabajando con las comunidades locales y las autoridades para diseñar soluciones innovadoras que fomenten la integración y el desarrollo urbano inclusivo. A través de la co-creación de soluciones y la capacitación, se han generado espacios de diálogo y colaboración, transformando desafíos en oportunidades de crecimiento económico y riqueza cultural.
Para abordar estos retos, el proyecto adoptó un enfoque integral basado en la participación comunitaria y el urbanismo táctico. Una de las herramientas clave fue el "Marcador de Inclusión Urbana", que permitió identificar áreas prioritarias mediante mapas que reflejan desigualdades en el acceso a bienes y servicios. Además, se llevaron a cabo talleres participativos donde refugiados, migrantes y comunidades locales diseñaron conjuntamente planes de intervención territorial. Estas actividades incluyeron dinámicas como los talleres Block by Block, donde niños y familias imaginaron espacios públicos más inclusivos utilizando herramientas lúdicas.
Los resultados han sido notables. En Colombia, por ejemplo, se revitalizaron espacios como el Parque Brisas de los Andes en Cúcuta, que pasó de ser una calle cerrada a un parque triangular con zonas recreativas que benefician a más de 6,400 personas. En Bucaramanga, un estacionamiento se transformó en un parque infantil y un espacio para adultos mayores, impactando positivamente a 5,500 vecinos. En Perú, el proyecto implementó un circuito deportivo en Lima que ahora beneficia a 27,800 personas. En Ecuador, rutas seguras para niños en Quito mejoraron significativamente la seguridad vial para más de 7,000 estudiantes diarios.

Ruta Segura escuela Tarquino Idrobo, Quito, Ecuador.
Cada intervención no solo mejoró físicamente los espacios públicos, sino que también fortaleció los lazos sociales entre migrantes y comunidades locales. Las áreas renovadas se han convertido en puntos clave para actividades recreativas y culturales que fomentan la integración social. Además, se desarrolló una "Caja de Herramientas para la Integración", un conjunto de recursos diseñados para replicar estas buenas prácticas en otras regiones.
El impacto del proyecto se extiende más allá del ámbito local. La creación de la red global IntegrHa-bitat ha permitido compartir experiencias y aprendizajes sobre movilidad humana en contextos tan diversos como Turquía y Kenia. Este intercambio global subraya el potencial del urbanismo participativo como herramienta para enfrentar desafíos complejos relacionados con la migración.

Intervenciones de urbanismo táctico, Manta, Ecuador.
"Ciudades Inclusivas, Comunidades de Solidaridad" es un ejemplo inspirador de cómo intervenciones bien diseñadas pueden transformar no solo espacios físicos sino también relaciones humanas. Al priorizar la participación comunitaria y la inclusión social, este proyecto ha sentado las bases para un futuro más solidario e inclusivo.