Para 2050, 1,200 millones de personas podrían ser desplazadas por el cambio climático y los desastres naturales. Al menos 300 millones vivirán en zonas costeras amenazadas por inundaciones peligrosas.
6 de febrero de 2025
¿Qué podemos hacer al respecto?
1. Planificar considerando los riesgos
Mapear zonas de peligro con GIS y priorizar un crecimiento urbano seguro. Más del 55% de la población vive en ciudades, y esta cifra aumentará al 68% en 2050.
2. Construir infraestructura resiliente
Los daños por inundaciones cuestan $90,000 millones al año. Es clave invertir en barreras contra inundaciones, sistemas pluviales y edificaciones reforzadas.
3. Diseñar para una densidad segura
1,000 millones de personas viven en asentamientos informales. Es esencial planificar espacios abiertos para evacuaciones y garantizar rutas de acceso para emergencias.
4. Implementar alertas tempranas
Los sistemas de alerta temprana salvan vidas. Debemos asegurarnos de que lleguen a TODAS las comunidades, incluidas las más vulnerables.
5. Involucrar a las comunidades
La planificación comunitaria mejora la respuesta ante desastres. Realizar simulacros inclusivos con regularidad fortalece la preparación.
6. Invertir de manera inteligente
Por cada $1 invertido en prevención de desastres, se ahorran $7 en recuperación. Es fundamental abogar por el financiamiento de proyectos urbanos resilientes.
7. Aprovechar soluciones basadas en la naturaleza
Los espacios verdes pueden reducir hasta en un 30% las inundaciones urbanas. Restaurar humedales, plantar árboles y crear jardines de lluvia son estrategias clave.
8. Usar tecnología inteligente
Drones, inteligencia artificial y matrices de datos pueden optimizar la respuesta y recuperación ante desastres.
Urbanistas, arquitectos, ingenieros, gobiernos, empresas, tomadores de decisiones y comunidades juegan un papel fundamental en la construcción de un futuro más seguro y resiliente. A través de una planificación urbana consciente, infraestructura resistente, participación ciudadana y el uso de tecnología e innovación, podemos reducir riesgos, proteger vidas y garantizar que nuestras ciudades sean más sostenibles y habitables para las generaciones futuras.
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