Mientras el mundo celebra hoy el Día de los Derechos Humanos, millones de personas carecen de una vivienda adecuada, un derecho humano fundamental reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966.
10 de diciembre de 2024
Por Anacláudia Rossbach. Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas y directora ejecutiva de ONU-Habitat
Una vivienda adecuada es más que un simple refugio.
La vivienda la base de la dignidad, la seguridad y la oportunidad. Sin embargo, para miles de millones de personas, este derecho humano sigue siendo una promesa incumplida. A nivel mundial, 2 800 millones de personas experimentan algún tipo de insuficiencia de vivienda, 1 100 millones de personas viven en asentamientos informales y al menos 318 millones no tienen hogar. La rápida urbanización, especialmente en las regiones en desarrollo, ha abrumado la infraestructura y los sistemas de vivienda, dejando a muchas comunidades vulnerables y, a menudo, propensas a los desastres climáticos.
Los factores sistémicos han exacerbado estos déficits. La vivienda se trata cada vez más como una mercancía financiera, con el desarrollo especulativo elevando los costos mientras las propiedades permanecen vacías. Mientras tanto, la inversión pública en vivienda social ha disminuido, y la mayoría de las regiones asignan menos del 0,5% del PIB.
El fracaso en proporcionar viviendas adecuadas no puede continuar
Para cerrar la brecha entre la promesa de una vivienda adecuada y su construcción, debemos volver a comprometernos con un enfoque holístico basado en los derechos humanos que dé prioridad a la vivienda como piedra angular de las zonas urbanas bien planificadas y funcionales. Esta visión debe reconocer que las funciones sociales y ecológicas de la tierra son fundamentales para ofrecer viviendas adecuadas de manera inclusiva.
Para lograrlo es necesario que el sector público asuma el liderazgo en la obtención de resultados equitativos. Si bien diversos actores contribuyen a las soluciones de vivienda, de igual forma son los gobiernos los que deben establecer la base y el marco estratégico a largo plazo necesarios para garantizar el acceso a una vivienda adecuada para todas las personas. También necesitamos más datos para guiar políticas efectivas que capturen el alcance total de la falta de vivienda y las realidades de los asentamientos informales, lo que permite la toma de decisiones específicas y basadas en evidencia.
Por último, hay que aumentar la financiación para hacer frente a este reto. La vivienda adecuada requiere inversiones a largo plazo, y los gobiernos deben emplear diversos modelos de financiación para garantizar la entrega de soluciones de vivienda sostenibles y basadas en las necesidades de la población. Esto incluye vincular los recursos multilaterales y bilaterales a los programas nacionales de vivienda, asegurándose de que sean lo suficientemente sólidos como para satisfacer las necesidades de las regiones en rápida urbanización y crecimiento.
Volver a comprometerse con estos principios no solo cumplirá la promesa de una vivienda adecuada como derecho humano, sino que también sentará las bases para comunidades urbanas inclusivas, resilientes y prósperas. Este enfoque ha sido apoyado por los Estados miembros de la ONU cuando adoptaron la resolución sobre vivienda adecuada para todos en el segundo período de sesiones de la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Hábitat en junio de 2023.
En todo el mundo, las acciones valientes están demostrando que el cambio es posible: Singapur ha utilizado la inversión pública sostenida para garantizar la vivienda a la mayoría de su población; en Kenia, la planificación espacial y la participación han permitido el acceso a los servicios y la seguridad de la tenencia en los asentamientos informales; y en Brasil, los programas de vivienda social dan prioridad a las mujeres y a los grupos vulnerables, vinculando la vivienda a los servicios esenciales. Estos ejemplos demuestran que, con enfoques inclusivos, un liderazgo firme y un compromiso, una vivienda adecuada puede convertirse en una realidad para todos.