Para transformar positivamente un barrio, se requiere del trabajo de sus vecinos realizado de forma coordinada con las autoridades. De igual forma, se necesita la formulación de proyectos de mejoramiento que incorporen medidas para prevenir conflictos a futuro. Aqui presentamos brevemente los pasos para llevar a cabo estos proyectos, a modo de guiar a los vecinos y autoridades en el desafío de realizar un diagnóstico y una propuesta que responda a los problemas y oportunidades claves que puedan ser identificadas.
Del libro Planear el Barrio
Diciembre 3, 2018
Etapa 1. Crear el equipo de mejoramiento y desarrollo barrial
Éste debe estar integrado por vecinos notables, reconocidos y que representen la diversidad de sectores y grupos que conviven en el mismo espacio barrial, incluyendo los sectores formales e informales. Este equipo debe incorporar funcionarios del municipio o la autoridad responsable de aplicar regulaciones y definir obras publicas. También debe incorporar representantes del sector privado y de las organizaciones no gubernamentales, ambos muy importantes para aportar la visión de progreso y transformación positiva del barrio. Estos distintos sectores deben ponerse de acuerdo sobre una agenda común de trabajo e ir convocando al resto de sus vecinos para realizar consultas estudios y el desarrollo de propuestas.
La primera cuestión a dilucidar son los límites territoriales del barrio para determinar quiénes son los actores sociales que deberían integrar el equipo, representando a los distintos sectores residentes. Es recomendable que una primera tarea del equipo barrial consista en la confección de un plano del barrio que sirva a lo largo del proceso como referencia básica para desarrollar el diagnóstico, primero y las propuestas de intervención, después.
Etapa 2. Identificar las causas más importantes de problemas y oportunidades
El equipo de mejoramiento barrial debe recoger información clave para estudiar la causa de los problemas y las oportunidades, y con ello acordar con los vecinos, especialmente los más afectados, un plan a seguir para abordarlos estructuralmente.
Este diagnóstico debe ser realizado en forma sistemática, recopilando todos los temas intervinientes y eligiendo los mas importantes. Con el listado de las causas de los problemas y oportunidades del barrio, la idea es evaluar sus respectivos niveles de gravedad en relación a los distintos subgrupos, trabajando con los actores sociales representativos de cada subgrupo para definir cuales consideran como los prioritarios.
Sobre el mapa confeccionado del barrio es importante comenzar a referenciar los problemas y oportunidades identificados, representando gráficamente su importancia e incidencia en el territorio barrial. También será necesario graficar los distintos subsectores barriales de modo que todos los vecinos entiendan la lógica e importancia de los problemas detectados y puedan opinar sobre su orden de prioridad.
Etapa 3. Mirar el futuro del barrio
No solo se debe mirar el presente y el pasado del barrio. También hay que imaginar el futuro, de modo de prever cómo evolucionarán los problemas detectados. Este es un ejercicio valioso para entender que pasará si no se interviene.
De la lista de problemas y oportunidades elaborada en la etapa anterior, se debe remover aquellos problemas que tenderán a desaparecer sin necesidad de intervención. Por ejemplo si un problema central son las inundaciones y el gobierno provincial, o municipal, ya está realizando un plan de construcción masiva de drenajes en la ciudad y la región circundante, no tiene sentido que el barrio se aboque a la misma tarea, aún cuando sigue siendo un problema detectado en el diagnóstico que afecta al barrio en la actualidad. De esta manera, el barrio puede concentrarse en aquellos problemas y oportunidades que por resultar desatendidos generan mayores conflictos.
Etapa 4. Definir objetivos de mejoramiento barrial
Como se explicara en la primera parte, la definición de objetivos es fundamental al éxito de los planes. Estos objetivos necesitan surgir como resultado del deseo del conjunto de vecinos, pero también de la factibilidad técnica y económica. Plantear objetivos que no son realistas no ayuda a llevar a cabo intervenciones que mejoren las condiciones de vida del barrio. Referenciar territorialmente los objetivos planteados ayuda a su comprensión cabal por parte de los vecinos.
Etapa 5. Proponer alternativas
Proponer intervenciones alternativas significa definir qué se quiere realizar concretamente, cómo y con quién hacerlo. Esto remite a la idea de proyecto y actor social, simultáneamente, entendiendo que más que proveer bienes y servicios a los vecinos, un barrio proactivo es aquel en el que se genera el marco dentro del cual los distintos sectores pueden participar y aportar a la solución de sus problemas.
Una forma sencilla de proponer alternativas consiste en listar los objetivos de intervención en el barrio y para cada uno de ellos proponer acciones alternativas para lograrlos. Es muy importante en esta instancia, al igual que en el diagnóstico, la representación gráfica de las alternativas de propuestas, presentando dibujos y gráficos explicativos que faciliten la comprensión de los vecinos, como asimismo su volcado en el mapa de referencia indicando los subsectores en los que se pretende intervenir.
El planteo de propuestas alternativas permite su comparación y la selección de la mejor. Estas propuestas deben contener recomendaciones de obras públicas, dirigidas específicamente a resolver los problemas detectados más acuciantes, como asimismo explotar las oportunidades del barrio. Pero también es importante que contengan recomendaciones de enmiendas a las regulaciones detectadas que perjudican el desarrollo barrial, como podría tratarse del Código de Planeamiento Urbano en sus normas de densidad, loteo, usos de suelo, etc.
Etapa 6. Seleccionar la mejor propuesta y alternativa
La selección de la mejor propuesta conlleva una evaluación sistemática de ambas, destacando en qué medida cada una consigue los objetivos propuestos, a qué costos y con qué beneficios. La selección de la mejor propuesta también demanda la participación de los vecinos quienes deben entender lo que implica cada una y, en forma independiente, más allá de sus intereses particulares, optar por la que consideran más conveniente para el barrio en su conjunto. Con la mejor propuesta seleccionada es importante definir una programación apropiada, estableciendo tiempos y recursos necesarios para su implementación, la cual debe ser consensuada con las autoridades competentes de modo que forme parte de la agenda de obras públicas.
Etapa 7. Pactar un plan de trabajo barrial
Un pacto barrial es un acuerdo que asumen todos los actores sociales participantes, como asimismo aquellos que sin participar activamente son parten del barrio. Las autoridades gubernamentales también deben participar del acuerdo, de modo de proveer el marco necesario para que se puedan llevar a cabo las obras públicas y regulaciones propuestas. Este pacto que debe resultar del trabajo conjunto del equipo de mejoramiento barrial, debe culminar con un plan de trabajos específicos, estipulando específicamente quienes se harán cargo de cada tarea, incluyendo la realización de obras públicas y la modificación de normativas.
Una manera práctica de concretar el plan de trabajo barrial es a través de un cronograma, detallando el involucramiento de los distintos actores sociales
Apuntes finales
Muchas veces los habitantes de barrios populares preocupados por sus necesidades urgentes de vivienda e infraestructura, pierden la capacidad de planear a largo plazo, abandonando su mayor potencial, la participación, en pro de ayudas externas, sean estas de gobiernos, organizaciones no gubernamentales, etc.
El planeamiento barrial es una herramienta fundamental para llevar adelante soluciones sectoriales, de vivienda, infraestructura, empleo, servicios públicos, etc. en forma coordinada e integrada. Sin planificación, los habitantes de barrios populares se encuentran limitados en sus posibilidades de revertir los procesos de segregación, fragmentación y marginalización a los que se enfrentan.
La construcción del “derecho a la ciudad” demanda mucho más que la buena voluntad de los vecinos o declamaciones de políticos de turno. Requiere entender cuales son los factores específicos que bloquean el desarrollo de un barrio popular, descubriendo la mejor manera de removerlos. Este desafío excede ampliamente el rol de las organizaciones vecinas y también de los municipios.
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