Un programa de capacitación con énfasis en la recuperación del sector vivienda para fortalecer las capacidades de los siete municipios de Pinar del Río afectados por el huracán Ian se realizó con el Taller Plan de Acción Post Ian en el marco del proyecto “Asistencia técnica para la protección y el derecho a la vivienda de las personas afectadas en la habitabilidad a partir de la recuperación temprana con soluciones adecuadas al entorno en la provincia de Pinar del Río”.
26 de mayo de 2023
El poderoso huracán Ian atravesó el occidente de Cuba el pasado septiembre, dejando una estela de daños. Sólo en la provincia de Pinar del Río, alrededor de 300.000 personas fueron directamente afectadas por los daños de alrededor de 100.000 viviendas, casi 13.000 de ellas con derrumbe total.
Implementado en los municipios de San Juan y Martínez, San Luis, Los Palacios, Pinar del Río, La Palma, Consolación del Sur y Viñales por el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat), el Instituto Nacional de Ordenamiento Territorial y Urbanismo (INOTU) y con financiamiento de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), la iniciativa forma capacidades en actores locales y nacionales para impulsar la recuperación temprana de forma sostenible a partir de planes de ordenación urbanística y la planificación territorial.
El objetivo general del Taller fue fortalecer las capacidades locales para garantizar la recuperación del sector vivienda y de la habitabilidad de las personas afectadas por el huracán Ian. Se abordaron los temas de evaluación de daños, aplicación de principios de sostenibilidad y resiliencia urbana, y adaptación al cambio climático en la recuperación temprana.
En el Taller se describieron por parte de las instituciones nacionales las indicaciones para la recuperación a partir de la actualización y perfeccionamiento de los planes, especialmente lo relacionado a Peligro Vulnerabilidad y Riesgo (PVR) y la atención que debía darse ante la afectación en barrios precarios para lograr la solución definitiva, con erradicación de la condición de precariedad y garantizando la legalidad de la vivienda. Otras medidas se encaminaron a potenciar que los mayores por ciento de las viviendas afectadas se recuperen en el mismo lugar, excepto aquellas localizadas en zonas vulnerables o que violen regulaciones urbanísticas, el uso correcto de las tipologías y materiales disponibles en el territorio, la preservación de los suelos destinados a servicios, áreas verdes y espacios públicos. Importante es considerar en las soluciones, los materiales disponibles y su uso correcto acorde a las características del sitio. El organismo nacional promovió para el caso del asentamiento Viñales, tener en cuenta no afectar el patrimonio y considerar los tipos de diseño arquitectónico y buenas prácticas para la construcción y manuales de cómo hacerlo bien.
La MSc. Claudia Acuña Fernández presentando el tema Autoconstrucción de vivienda para población afectada, con enfoque de género y generacional.
Seguido los municipios presentaron sus objetivos en la recuperación encaminados fundamentalmente a la elaboración de planes parciales en las áreas edificables de urbanización progresiva que contribuya a garantizar las nuevas demandas de viviendas por concepto de crecimiento de la población y la gestión de intervención en áreas edificables que complementarán las necesidades del hábitat. Presentaron la necesidad de negociación con tenentes de tierra de las áreas edificables seleccionadas de actuación convenida y las acciones que se están realizando para los cambios de uso a inmuebles que se encontraban en desuso para la implementación de viviendas. Algunas oportunidades es la existencia de bosques para la producción de madera y la disponibilidad de aserríos para el procesamiento de la madera donde se confeccionan módulos para la construcción de viviendas de tipología IV. Una acción que se está realizando es la priorización de las madres que están dentro del proyecto de dinámica demográfica y personas vulnerables, que no cuentan con parcelas. Se está cuidando las áreas de producción tabacalera con un marcado posicionamiento en el mercado nacional e internacional, el fortalecimiento de la producción local de materiales de la construcción para satisfacer las necesidades del plan de la vivienda y priorizando la participación comunitaria en función del desarrollo del asentamiento. Sin embargo, se manifestó la preocupación por el lento proceso de recuperación habitacional que no supera el 30 % como promedio en los 7 municipios, el deterioro de las edificaciones existentes con valores patrimoniales, la existencia de viviendas afectadas por huracanes anteriores aún sin recuperar, la insuficiente capacidad productiva para la fabricación de tejas criollas para la construcción de viviendas con priorización de la conservación y promoción de los valores patrimoniales reconocidos.
Por parte de ONU-Habitat, Sergio Blanco Ania, Coordinador de ONU-Habitat en Bolivia, presentó el Marco de Recuperación Urbana, un marco institucional y normativo para apoyar la recuperación urbana resiliente en contextos de crisis urbana. A decir de Blanco, “el uso de las fases de recuperación, rehabilitación y reconstrucción después de un desastre deben propiciar la resiliencia de las comunidades mediante la integración de medidas de reducción del riesgo de desastres en la restauración de la infraestructura física y en la revitalización de los medios de vida, las economías y el medio ambiente”. La respuesta debe considerar reconstruir mejor, con equidad social-espacial, el fortalecimiento municipal y comunitario, la priorización de los grupos vulnerables, mujeres y jóvenes, los derechos humanos y la protección y la ciudad como sistema.
A la luz de los lineamientos propuestos por el Marco de Recuperación Urbana y tras contrastar las propuestas con las acciones llevadas a cabo en los municipios de la provincia de Pinar del Río afectados por el huracán Ian, se recomendó de parte de ONU-Habitat asumir la conveniencia de fomentar la producción y utilización de técnicas y materiales de construcción locales y tradicionales, que además permitiría el mantenimiento del carácter arquitectónico de los centros poblados y la promoción de una actividad económica local, no solo en las reparaciones de las afectaciones del huracán sino en los procesos de construcción de viviendas en general, agilizar la implementación de los procesos de viabilización de nuevas áreas de crecimiento de los centros urbanos, facilitar un mayor espacio a los nuevos actores económicos para la construcción y reparación de viviendas, estudiar los mecanismos para brindar los elementos mínimos fundamentales de habitabilidad que respondan más rápidamente a las necesidades de los hogares con una perspectiva de progresividad, incluir en la asistencia técnica del proyecto procesos de capacitación y acompañamiento en las áreas identificadas.
En otro momento se presentaron las alternativas para la generación de catastros urbanos y su vinculación con la gestión integral de riesgos. El catastro además de formalizar la tenencia y propiedad de los bienes inmuebles y su valoración económica, constituye un instrumento impositivo, de planificación del territorio, de gestión urbanística que incide en la conservación del patrimonio inmobiliario y que contribuye al monitoreo del impacto de la inversión pública dando espacio para la participación ciudadana. Durante el proceso de la recuperación post Ian, el catastro ha orientado el proceso de levantamiento de las afectaciones y ha permitido chequear el avance de la recuperación.
Por su parte, Esteban León, Director de Resiliencia Urbana de ONU-Habitat, presentó el Programa Global de Resiliencia Urbana, con el marco utilizado por las ciudades para recopilar y analizar datos de resiliencia y planificaciones. Según León, “la Resiliencia Urbana es la capacidad medible de cualquier sistema urbano, junto con sus habitantes, para mantener la continuidad a través de todas los amenazas externas y debilidades internas, mientras positivamente se adapta y se transforma hacia la sostenibilidad.”
Otra experiencia compartida la aportó Claudia Acuña Fernández, del Instituto del Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), México quien ha desarrollado e implementado programas destinados a mejorar el acceso y calidad de la vivienda de las familias de bajos recursos. Acuña-Fernández mostró las formas de hacer a partir de la autoconstrucción de vivienda. Expresó que “...es una forma de producir viviendas donde el usuario consigue, aprovecha y gestiona los recursos que tiene a su alcance para construir su casa tomando las decisiones fundamentales para satisfacer sus necesidades, a partir de la normatividad adecuada”. La actividad sirvió para elevar la percepción de riesgo y responsabilidad ciudadana en el cuidado de su hábitat, en 12 vecinas de la comunidad que se manifestaron interesadas en contar con orientación, información y preparación para la reconstrucción resiliente. Sentó las bases para la realización de un material que contribuya a la autoproducción de vivienda segura, aprovechando los conocimientos locales y que colecte soluciones, a partir de la creación de una Red de aliados en donde se incluya la Universidad y con asistencia técnica para potenciar la cultura constructiva.
Ejercicios en grupos de trabajo para identificar fortalezas y debilidades de los territorios y proponer el Plan de Acción para la recuperación
Momento importante fue la realización de un ejercicio en grupos de trabajo donde se identificaron las acciones que pudieran tributar a un plan para la recuperación. Entre las actividades se encontraban: el perfeccionamiento del sistema de información catastral, fomentar planes de ordenamiento con crecimiento en alturas del sector vivienda, el fortalecimiento de la industria local de materiales de la construcción, principalmente el fortalecimiento de tejares para ladrillos y tejas criollas y de aserríos, la implementación de cursos para la planeación urbana y la transformación del hábitat y cursos de oficios que multipliquen los saberes tradicionales de tejadores, cobijadores y restauradores, la producción de las tejas criollas, tejares y carpinterías, la necesidad de contar con un banco de semillas que posibilite la reforestación del cedro, la caoba, el guano, el pino y la franja costera para disponer de mayores recursos madereros que mantengan la arquitectura vernácula y la protección de los asentamientos costeros; contar con molinos para el procesamiento de áridos y fomentar la gestión de desechos sólidos urbanos tanto en el sector estatal como comunitario. También se identificó la necesidad de diseñar nuevas soluciones que generen mayor resiliencia a las tipologías de viviendas más vulnerables, transitar hacia infraestructuras más resilientes teniendo en cuenta soterrar redes eléctricas y de comunicación y la instalación de paneles solares que faciliten el uso de fuentes renovables de energía, los sistemas de colección de agua de lluvia, equipos de bombeo y plantas potabilizadoras de agua.
Eugenia De Grazia, Jefe de Programa de ONU-Habitat para las Oficinas de América Central, México y Cuba expresó que las acciones identificadas contribuirán a la realización de fichas de proyectos que apoyen la movilización de recursos para la recuperación de los municipios afectados en Pinar del Río y a crear entornos más resilientes. De acuerdo con De Grazia, el encuentro ha facilitado el levantamiento de oportunidades y brechas que permitirá desde la cooperación, actuar con la colocación de recursos que incidan en multiplicar capacidades y formas de restaurar las condiciones de vida con soluciones adecuadas al entorno y reduciendo las vulnerabilidades y la precariedad. “Ha sido propósito del encuentro contribuir al fortalecimiento de las capacidades locales de los funcionarios y las funcionarias vinculadas al sector vivienda y de ordenamiento territorial y urbanismo, e identificar la necesidad de apoyar a estas instituciones públicas para facilitar la toma de decisiones, favorecer la recuperación de las viviendas de forma adecuada y contribuir con la agilización de la permisología que da el derecho de tenencia a la persona afectada”, destacó De Grazia.
Encuentro con constructores del sector estatal y no estatal para acordar acciones que fortalezcan las capacidades para la producción de tejas criollas y su correcta colocación.
Es conocido que Cuba periódicamente es azotada por eventos meteorológicos extremos que, según los expertos, aumentarán su frecuencia e intensidad en los próximos años. Por ello, el Plan de Estado de la Nueva Agenda Urbana cubana articulada a Tarea Vida, tiene entre sus prioridades la reducción de la exposición de los asentamientos humanos frente a los riesgos y contribuir con la resiliencia de los asentamientos humanos, promoviendo la reducción de la vulnerabilidad con el uso de materiales endógenos y con respeto al entorno, aspectos que fueron abordados en el Taller.
Participaron en el encuentro 41 especialistas, de ellos el 60% fueron mujeres; y 12 pobladoras de la comunidad de Viñales, con edad promedio de 33 años y con interés en la autoproducción de viviendas.
Al finalizar el Taller tuvo lugar un encuentro con constructores del sector estatal y no estatal (incluyendo cuentapropistas y Mipymes) para identificar las capacidades productivas para la producción de materiales de la construcción especialmente tejas criollas utilizadas para la colocación de techos conservando el patrimonio en los centros históricos de las cabezas municipales y de la ciudad de Viñales. Se acordó realizar el levantamiento de estas necesidades y la realización de un taller que suministre asistencia técnica para la fabricación de tejas criollas y su colocación en los techos típicos de las viviendas del municipio Viñales.
