En la actualidad, la mayor parte del crecimiento urbano se está produciendo en los países en desarrollo. Se prevé que África, y especialmente el África subsahariana, liderarán la tasa de urbanización en los próximos veinte años.
En China, la urbanización ha sido ampliamente documentada y estudiada en las últimas dos décadas. Allí, el proceso dual de industrialización y urbanización ha impulsado un proceso de crecimiento, innovación y creación de empleo. Cientos de millones de personas viven ahora en ciudades y han salido de la pobreza no sólo en las zonas urbanas, sino también en las zonas rurales.
Hace veinte años, el proceso de rápida urbanización tuvo lugar típicamente en sociedades con un ingreso per capita alrededor de US $ 2000. Ahora, se dispara en torno a los US $ 800-1000 per cápita, debido a la globalización acelerada, la evolución de las tecnologías de información y otros factores.
Sin embargo, esta urbanización prematura y rápida ocurre en entornos que carecen de herramientas adecuadas para abordar los desafíos de la urbanización.
Un análisis detallado de esta muestra indica las tendencias de la urbanización en las últimas décadas. Los principales resultados, entre otros, demuestran que el consumo de suelo para la urbanización está superando el crecimiento de la población urbana, lo que lleva a una expansión urbana de menor densidad de habitantes urbanos por superficie urbana (km2).
Esta forma de desarrollo se muestra como un desafío para la urbanización sostenible porque aumenta el costo de los servicios per cápita y, por lo tanto, la sostenibilidad económica urbana. También aumenta el consumo de energía debido a una mayor demanda de movilidad, lo que a su vez afecta la sostenibilidad ambiental. Además, la expansión urbana y la baja densidad de población, dispersa a los habitantes de los barrios segregados, lo que erosiona la sostenibilidad social.
Al mismo tiempo, en las últimas décadas se ha observado una disminución en el uso de una planificación y diseño urbanos adecuados (ver Figura 5), donde las ciudades crecen más, lo que conduce a un aumento de los tugurios y las zonas no planificadas (ONU-Habitat, 2016).
La desigualdad ha aumentado, reduciendo la capacidad de la urbanización para promover el bienestar general. Según la OCDE, "La brecha entre ricos y pobres se está ampliando en los países en desarrollo y las economías emergentes, pero también, sorprendentemente en los países que se consideran los más igualitarios". (OCDE, 2011) En más de dos tercios del mundo la población vive en ciudades que hoy son más desiguales que hace 20 años.
Nuestro mundo no sólo se divide por el acceso variado a la oportunidad, el consumo, los espacios y servicios públicos, la educación, la tecnología y el empleo, sino cada vez más por el acceso a las oportunidades de ingresos.
Ahí el impacto mayor es en la población de los jóvenes, pues aumenta el desempleo, una característica dominante del modelo económico postindustrial que ha llevado al descontento social y al malestar político a la luz de los movimientos sociales como las manifestaciones y revueltas en el mundo árabe que comenzaron en 2011. Tanto en el mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo, la desigualdad amenaza la cohesión social en las ciudades y los asentamientos humanos.
Fuente: Policy Statement, 26th Session of the Governing Council (201t). ONU-Habitat.