En el Día Mundial del Hábitat destacamos la importancia fundamental que tienen nuestras ciudades y comunidades para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Unas ciudades bien planificadas y bien gestionadas pueden ayudar a promover un crecimiento inclusivo y un desarrollo poco contaminante.
La urbanización rápida e incontrolada, por el contrario, puede generar o agravar muchos problemas, tales como la crisis del clima.
En el Día Mundial del Hábitat de este año centramos la atención en los desechos y el potencial que tienen las tecnologías de vanguardia para transformarlos en riqueza.
Las soluciones comienzan con pequeños gestos al alcance de todos con los que podemos cambiar el funcionamiento de nuestras ciudades. Debemos reducir el volumen de desechos que generamos y, al mismo tiempo, comenzar a verlos como un recurso valioso que se puede reutilizar y reciclar, por ejemplo, para producir energía.
Las tecnologías de vanguardia pueden ofrecer respuestas mejores y más baratas a estos retos cotidianos.
Por ejemplo, gracias a la automatización y la inteligencia artificial podemos clasificar los materiales reciclables de manera más eficiente. Con el uso de sensores en embalajes inteligentes podemos reducir los desperdicios de alimentos. Existen otras tecnologías innovadoras con las que podemos transformar los desechos orgánicos en energías renovables y compost, y la aparición de nuevos materiales, tales como los plásticos avanzados biodegradables, contribuyen a reducir el impacto ambiental.
No obstante, aún nos hace falta invertir mucho más para mejorar la forma en la que gestionamos los desechos.
Con las ciudades a la cabeza y el uso generalizado de las tecnologías de vanguardia, podemos realizar grandes avances en el camino hacia un desarrollo urbano sostenible.
António Guterres
Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas
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