La Estrategia Territorial Sinaloa 2030 (ETS 2030) expresa la Política Urbana del Estado para los próximos 12 años, localizando en Sinaloa los principios y objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y la Nueva Agenda Urbana.
ONU-Habitat Sinaloa
4 de abril de 2018
La ETS 2030 se apoya en tres elementos fundamentales para su éxito como Política Sub-nacional Urbana:
La ETS2030 es el resultado de un proceso que comenzó con la elaboración de un diagnóstico que sintetiza en un Documento Base, los desafíos de Sinaloa en los aspectos territoriales y urbanos con información existente, incluida en los diagnósticos de estudios, planes y programas elaborados por instituciones estatales, municipales y cívicas durante los últimos años. También se ha tenido en cuenta la opinión de representantes de instituciones y de la sociedad civil consultados sobre cuestiones concretas.
El Documento Base sirvió de apoyo para la realización del Taller Participativo “Visión Territorial Sinaloa 2030”, que reunió a representantes de más de 40 instituciones y organizaciones de la entidad, quienes se involucraron en la elaboración de una Visión de Sinaloa para el año 2030:
“Sinaloa es un territorio organizado, diverso y próspero, que valora el agua y la naturaleza. Sus ciudades son inclusivas, innovadoras y garantizan la calidad de vida. Su mayor riqueza es su gente.”
Taller Visión Territorial de Sinaloa, realizado el 7 y 8 de noviembre de 2018 en Culiacán.
El resultado del proceso contempla 10 objetivos generales y 47 Acciones Estratégicas para alcanzarlos.
Los 10 objetivos propuestos son:
1. Fortalecer la planificación coherente y racional del territorio y de los asentamientos humanos. |
2. Promover la gobernanza del territorio, basada en la cooperación, la transparencia, la participación social y la corresponsabilidad. |
3. Promover el Equilibrio Territorial a través de un sistema de ciudades que fortalezca el desarrollo económico y social de todos los municipios. |
4. Promover la resiliencia frente a los riesgos naturales y antropogénicos. |
5. Utilizar racionalmente el agua, el suelo y los recursos naturales, garantizando la protección del medio ambiente. |
6. Organizar la integración territorial de las infraestructuras energéticas y logísticas. |
7. Propiciar la dotación de viviendas, infraestructuras urbanas y servicios para toda la población, evitando la segregación económica, social y espacial. |
8. Mejorar la accesibilidad y favorecer la movilidad sostenible y eficiente entre y en las ciudades. |
9. Promover la densidad y la mezcla de usos de suelo para limitar el crecimiento de la superficie urbanizada. |
10. Proteger los espacios públicos y favorecer su apropiación como espacios de convivencia. |
Los primeros dos objetivos tienen un carácter instrumental, para el desarrollo de herramientas y modelos de gestión que faciliten la consecución de los siguientes. Los cuatro siguientes (objetivos 3 a 6) tienen un claro componente territorial; mientras que los últimos cuatro objetivos (7 a 10) están relacionados con el desarrollo urbano.
Las Acciones Estratégicas son guías o “mapas de ruta” para avanzar en campos concretos hacia la consecución de los 10 objetivos planteados. Cada una de estas Acciones Estratégicas define:
La Estrategia Territorial Sinaloa 2030 se complementa con la alineación de estas Acciones Estratégicas con el Plan Estatal de Desarrollo 2017-2021, la Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano del Estado de Sinaloa, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y la Nueva Agenda Urbana.
La asistencia técnica “Estrategia Estatal de Política Territorial y Urbana” acordada entre el Gobierno del Estado de Sinaloa, a través de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SEDESU), y el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat) contempla apoyar técnicamente a SEDESU en tres fases:
@ Fotografía panorámica 360, Miguel Angel Victoria
Los aspectos clave identificados se reparten en dos grupos: uno de temas territoriales y otro relativo al desarrollo urbano.
Desarrollo aislado en periferia
Infonavit Los Mautos, Guamúchil, Sinaloa
• El previsible aumento de las temperaturas en las próximas décadas condicionará la productividad y ocupación del territorio sinaloense.
• La superficie de Áreas Naturales Protegidas (0.95% del territorio) puede considerarse escasa en comparación con la amplia superficie natural del Estado (58%). Además, no abarca todos los ecosistemas existentes.
• La pérdida de cubierta vegetal y la contaminación de origen agrícola, industrial y urbano genera problemas ambientales severos.
• Si bien el agua constituye una de las principales fuentes de riqueza de Sinaloa, será un desafío creciente su disponibilidad para el consumo, la capacidad de almacenamiento en presas, así como su contaminación por agroquímicos y por falta de tratamiento de aguas residuales urbanas e industriales.
• Aunque el sistema de ciudades aparece razonablemente equilibrado de Norte a Sur, la tendencia indica que se acentuará el desequilibrio entre el llano y la montaña, en términos económicos y demográficos, con mayor crecimiento relativo de las ciudades más grandes en detrimento de las localidades pequeñas y rurales.
Asentamientos irregulares en la
zona oriente de Culiacán, Sinaloa.
• A corto plazo Sinaloa experimentará un bono demográfico, alcanzando el máximo porcentaje de población en edad de trabajar. A medio plazo, se incrementará la proporción de personas de más de 65 años con las consiguientes particularidades en cuanto demandas de vivienda, transporte, recreación, atención médica y otros servicios urbanos.
• La superficie urbanizada ha aumentado en mayor proporción que la población en las principales ciudades de Sinaloa. De no revertirse esta tendencia, se agravarán las externalidades derivadas de la baja densidad y alto consumo de suelo, tales como una mayor necesidad de traslados de la población para realizar sus actividades, un mayor costo de la provisión y mantenimiento de infraestructuras y servicios públicos, y la ocupación de suelos fértiles, entre otros.
• Existen oportunidades de mejora de las infraestructuras de conexión por carretera, las cuales pueden tener un impacto positivo en la economía del Estado. Estas mejoras requieren una adecuada ordenación territorial para repartir sus beneficios.
Desarrollos turísticos en
Mazatlán, Sinaloa
• Las principales ciudades tienen una estructura urbana heredada adecuada, pero en las últimas décadas se están produciendo desarrollos urbanos aislados en la periferia que presentan significativas externalidades en cuanto a accesibilidad y fragmentación espacial y social.
• El espacio público en las ciudades es adecuado en cantidad, gracias a la estructura heredada, pero requiere una mejora en su calidad. El espacio público creado en los nuevos desarrollos, en cambio, requiere un mejor diseño y puesta en valor.
• Las áreas verdes son escasas en las zonas centrales de las ciudades, por lo que parte de la población no puede disfrutarlas.
• El aumento en los últimos años del uso del vehículo privado ha sido notable. Así entre el 40 y el 50% de las y los sinaloenses que viven en las principales ciudades se trasladan diariamente en automóvil privado, con una ocupación promedio de 1.2 personas por unidad. La inversión en vialidades puede producir un efecto llamada y aumentar el problema.
• El transporte público y los modos no motorizados no han sido favorecidos por las políticas públicas. Persiste una insuficiente coordinación entre los actores involucrados, lo que ha inhibido la consolidación de avances sustanciales. Esto ha contribuido a que el transporte público no sea el modo principal de desplazamiento para la población.
Modelo de desarrollo urbano
en retícula, Los Mochis, Sinaloa
• Las infraestructuras básicas de agua y alcantarillado, así como la recolección de residuos, alcanzan a una gran mayoría de la población en el Estado. Sin embargo, es necesario mejorar la eficiencia en el uso del agua, el tratamiento de las aguas residuales y la gestión de los residuos recolectados.
• Existe un déficit de vivienda que se ha reducido en los últimos años, pero que seguirá siendo un problema durante la próxima década, debido al aumento de la demanda y el descenso en el ritmo de producción de nuevas unidades.
• Las reservas territoriales de suelo no son suficientes para que los poderes públicos puedan controlar la expansión urbana y satisfacer la demanda de nuevos espacios residenciales y productivos.
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