El 25 de septiembre de 2015, los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos globales centrados en las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y las alianzas como parte de una nueva agenda de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse en el año 2030.
ODS 1 - Fin de la Pobreza
Poner fin a la pobreza en todas sus formas y en todo el mundo para 2030.
Más de 700 millones de personas siguen viviendo en condiciones de pobreza extrema y luchan para satisfacer sus necesidades más básicas, como la salud, la educación y el acceso al agua y el saneamiento, por mencionar algunas. Es una gran cantidad de personas.
¿Por qué hay tanta pobreza en el mundo?
La pobreza tiene muchas dimensiones, pero sus causas son el desempleo, la exclusión social y la alta vulnerabilidad de determinadas poblaciones a los desastres, las enfermedades y otros fenómenos que les impiden ser productivas.
Progreso alcanzado al 2017
A pesar de que la tasa de pobreza global se ha reducido a la mitad desde 2000, se requieren esfuerzos intensificados para aumentar los ingresos, aliviar el sufrimiento y aumentar la resistencia de las personas que aún viven en la pobreza extrema, en particular en el África subsahariana. Los sistemas de protección social deben ser expandidos y los riesgos deben ser mitigados para los países propensos a desastres, que también tienden a ser los más empobrecidos.
Así trabaja ONU-Habitat para lograr el ODS-1
Para explicarlo, primero hay que recordar que el ODS-11 es de particular importancia para ONU-Habitat porque tiene como objetivo "Lograr ciudades y asentamientos humanos inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles" e incorporar así a otros ODS.
En otras palabras, la realización de ODS-11 ayuda a que el ODS-1 se aborde con éxito también. Por ejemplo:
Los desafíos globales en la actualidad, como el cambio climático, la delincuencia, la pobreza, las enfermedades y el agotamiento de los recursos naturales, no podrían atenderse sin abordar la forma en que las ciudades se planifican, crecen y funcionan. Es así que algunas metas del ODS-11 se ligan con acciones que favorecen la reducción de la pobreza.
Metas del ODS-11 relacionadas al logro del ODS-1
Meta 11.1 Para el año 2030, garantizar el acceso de todos a viviendas y servicios básicos adecuados, seguros, asequibles y mejorar los barrios marginales.
- ¿Qué se mide? Proporción de población urbana que vive en barrios marginales, asentamientos informales o viviendas inadecuadas. (Ver CPI)
Meta 11.2. Para 2030, proporcionar acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles para todas y todos.
- El transporte efectivo y de bajo costo para la movilidad es fundamental para la reducción de la pobreza urbana, las desigualdades, y el desarrollo económico porque brinda acceso a empleos, atención médica, servicios educativos y otros bienes públicos.
Meta 11.5 Para 2030, reducir significativamente el número de muertes y el número de personas afectadas por los desastres.
- Para los más pobres enfrentar un desastre puede tener consecuencias a largo plazo. La agenda de reducción de la pobreza podría incluir un esquema de protección social bien diseñado para ayudar a proteger a los pobres de las crisis repentinas y el desarrollo de capacidades para predecir y prepararse mejor para tales crisis.
CPI- La herramienta que mide la Prosperidad Urbana
El Índice de las Ciudades Prósperas, CPI, es una metodología diseñada por ONU-Hábitat para entender, analizar, planificar, tomar acción y observar los efectos de las políticas públicas en el bienestar ciudadano. Mediante indicadores obtenidos a partir de información confiable, el CPI es una radiografía de la complejidad urbana, traduce el bienestar en una métrica medible, mide la eficiencia de la ciudad y el efecto de las políticas públicas en el tiempo.
El CPI ayuda a conocer los índices de pobreza urbana a través de los siguientes indicadores:
Dimensión 02 Infraestructura: | Dimension 04 Equidad e inclusión |
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A través de estos índices y mediciones, el CPI permite identificar oportunidades y áreas potenciales de intervención para que los gobiernos y grupos locales puedan tomar decisiones adecuadas para la reducción efectiva de la pobreza.
La Nueva Agenda Urbana (NAU) y el ODS-1
Una de las formas en que la NAU amplía los medios de implementación de la Agenda 2030 y los ODS es abordando el territorio a través de una nueva generación de políticas públicas, la revisión de la normatividad urbana, mejorar el diseño y planificación, fortalecer los marcos de financiamiento del desarrollo y su traducción en la implementación local.
Estos marcos fundamentales para la NAU, facilitarán la implementación, dentro de las ciudades y asentamientos humanos, del ODS-11 y también del ODS-1.
Los numerales 5 y 25 de la Nueva Agenda Urbana señalan:
5. Al reorientar la manera en que se planifican, se diseñan, se financian, se desarrollan, se administran y se gestionan las ciudades y los asentamientos humanos, la Nueva Agenda Urbana ayudará a poner fin a la pobreza y al hambre en todas sus formas y dimensiones, reducir las desigualdades, promover un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, lograr la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas a fin de aprovechar plenamente su contribución vital al desarrollo sostenible, mejorar la salud y el bienestar humanos, fomentar la resiliencia y proteger el medio ambiente.
25. Reconocemos que la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza extrema, es el mayor desafío a que se enfrenta el mundo y constituye un requisito indispensable para el desarrollo sostenible. Reconocemos también que la desigualdad creciente y la persistencia de múltiples dimensiones de la pobreza, incluido el aumento del número de habitantes de barrios marginales y asentamientos informales, afectan tanto a los países desarrollados como a los países en desarrollo y que la organización espacial, la accesibilidad y el diseño de los espacios urbanos, así como la infraestructura y la prestación de servicios básicos, junto con las políticas de desarrollo, pueden promover la cohesión social, la igualdad y la inclusión, u obstaculizarlas.
Acabar con la pobreza extrema es un objetivo que cambiará el mundo y para ello es necesaria la cooperación entre los gobiernos, las organizaciones internacionales y los líderes mundiales.
Es por ello que en ONU-Habitat impulsamos soluciones para lograr que la forma en que las ciudades se planifican, crecen y funcionan contribuyan con el Objetivo de acabar con la pobreza en todas sus formas y en todo el mundo para 2030.
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